Aromas frutales, cítricos, dulces o amaderados, siempre que estén bien armonizados, dan vida a perfumes que permiten mostrar parte de la personalidad y redondear la imagen

«Con fantasía y buen sentido artístico, se combinan múltiples aromas hasta conseguir el deseado. Esta labor no es una ciencia sino un arte», explica Emilio Valeros, perfumista y creador de los perfumes Loewe.

Un perfume es una mezcla de sustancias odoríficas naturales y sintéticas bien armonizadas que «producen una sensación agradable al olfato», dice Valeros, que es capaz de reconocer 300 olores diferentes gracias a horas y horas de aprendizaje.

En la imagen una infografía de algunas de las plantas más habituales para la elaboración de los perfumes/EFE

Elaborar un nuevo perfume no es tarea fácil, más cuando en el mercado existen cientos y muchas personas se rinden a los encantos de los aromas a medida, es decir fragancias personalizadas.

«La creación de una nueva fragancia puede costar años de esfuerzo y trabajo», dice Valeros, que asegura, que «a pesar del gran desarrollo de los aromas sintéticos, la calidad de un perfume se equipara a la riqueza de las notas naturales que lo componen.

En el proceso del perfume, la primera y más costosa operación es la obtención de los aceites esenciales, mediante destilación, tratamientos directos, extracción con disolventes, enflorado o infusión. «El más utilizado es la destilación o arrastre con vapor, ya que se puede aplicar a plantas, raíces, flores, hojas y madera», dice el prestigioso nariz Alberto Morillas, creador de perfumes míticos como CK One o Acqua di Giò.

Sin embargo, este sistema no se puede aplicar con flores tan delicadas como el nardo, el jazmín, el iris o la violeta, que solo se dejan arrebatar su perfume en frío, por medio de un delicadísimo y costoso proceso llamado enflorado que consiste en colocar las flores sobre bandejas impregnadas de grasa inodora que va tomando el olor de las flores.

«El acto de crear un perfume viene de dentro, de mi alma, e intento que lo pueda comprender una mujer o un hombre. Cierro mis ojos, lo pienso y escribo la fórmula», dice Morillas, que ha creado perfumes míticos, que son todavía «número uno después de veintidós años», añadió.

Los aceites esenciales son sustancias puras que alcanzan precios de vértigo. Un kilo de esencia de jazmín ronda los 30 mil euros y el de iris 50 mil, cifras nada descabelladas si se tiene en cuenta que para obtener un kilo de esencia de jazmín es necesario recolectar más de diez mil kilos de flores, cogidas una a una.